viernes, 19 de marzo de 2010

LA ESFINGE

La palabra esfinge deriva de la voz griega sphinx, del verbo sphingein, que significa apretar, en alusión a los aprietos en los que la Esfinge ponía a los viajeros a los que planteaba complicados enigmas bajo la presión de devorarles si no encontraban la solución. La diosa Hera había creado a la Esfinge como castigo para el rey de Tebas, Layo, y la destinó en el único paso montañoso por el que se podía salir de o entrar a la región en la que estaba la ciudad de Tebas. Los enigmas de la Esfinge eran tan difíciles que nadie encontraba la solución y durante un tiempo ninguna persona pudo salir de Tebas ni entrar en Tebas, y las que lo intentaban eran devoradas. Sólo Edipo resolvió el enigma que le propuso la Esfinge:
¿Qué animal tiene cuatro patas por la mañana, dos a mediodía y tres por la noche?.
Fue el último enigma de la Esfinge -o quizá el único que siempre había planteado-, pues después Edipo la mató, y así la Esfinge dejó de apretar o de poner en aprietos a alguien o poner a prueba.
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Las palabras ESFINGE y PRUEBA tienen el mismo valor numérico.

jueves, 18 de marzo de 2010

EL REY MIDAS

Todos conocemos algo de la leyenda del Rey Midas, aquel que convertía en oro todo lo que tocaba. Esta parte -la más popular- es sólo una parte de un mito que tiene más moraleja, y por eso no hay que caer en la ingenuidad de interpretarlo conociendo sólo esa parte acerca del poder de convertir cualquier cosa "en oro" dándole una "gran fertilidad económica".
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La fábula cuenta que Midas obtuvo el favor de Dionisio, el cual, agradecido, la prometió a Midas que le concedería lo que le pidiera. Así que Midas pidió a Dionisio la facultad de convertir en oro todo lo que tocara. Dionisio se lo concedió, pero pronto Midas se dio cuenta de que también convertía comida y bebida en oro. Entonces, ante el temor a morir de hambre y sed, pidió a Dionisio que le anulara el poder, y éste le dijo que acudiera al nacimiento del río Pactolo para purificarse, y por ello el río Pactolo tenía pepitas de oro.
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Más tarde, en un concurso entre el dios Pan y el dios Apolo por ver quién contaba con mayores dotes musicales (Pan con la flauta y Apolo con la lira) venció Apolo, aunque Midas estaba de parte de Pan, de modo que Apolo, ofendido y enojado, hizo crecer a Midas unas orejas de burro. Desde entonces Midas se cubrió la cabeza con una tiara. Uno de sus siervos solía cortarle el pelo, y por ello le dijo que no contara a nadie el secreto de sus orejas de burro. El siervo, al no poder soportar el secreto, acudió al bosque y allí cavó un agujero en el que guardó el secreto en palabras. Sin embargo, cuando crecieron las hierbas, el viento se llevó el secreto por el aire, que fue escuchado por todos.

lunes, 15 de marzo de 2010

La leyenda de los 10 mandamientos

Los autores de los cinco primeros libros de la Biblia (el Pentateuco) narran la leyenda de la relación entre Moisés, el pueblo hebreo y el Dios de los hebreos. Realmente en ningún momento los autores cuentan que Moisés recibiera directamente de su Dios los llamados "10 mandamientos" ni las dos "Tablas de la Ley" con ellos escritos, pero sí que Moisés se los dicta en dos ocasiones al pueblo hebreo diciéndole "Esto dijo el Señor Dios". Según cuentan los autores (o autor) de la historia, Moisés y Dios se encuentran hasta cuatro veces en la cima de alguna montaña. La primera vez se encuentran en la cima del monte Horeb, llamado "la Montaña de Dios", en la que un ángel del Señor se presenta ante Moisés en forma de llama en una zarza que no se consumía. El ángel -Dios en la versión popular- no le transmite mandamientos sino que básicamente le revela su nombre -"Yo soy el que soy"- y se declara a sí mismo "Dios de los hebreos". Después ocurre el episodio de las 10 plagas, del paso del Mar Rojo y de la llegada al desierto del Sinaí. Entonces tiene lugar el segundo encuentro, esta vez en la cima del monte Sinaí, en la que Moisés recibe de su Dios la instrucción de que el pueblo y los sacerdotes no pueden subir a la montaña. El autor no cuenta que Moisés recibiera 10 mandamientos ni dos tablas, pero Moisés sí se los dicta al pueblo (Éxodo 20, el decálogo) diciéndoles que se lo ha dicho Dios. En la tercera reunión, Moisés sí recibe de su Dios leyes acerca de la vida y la libertad, el homicio (con la ley del talión o venganza), la propiedad y las costumbres, la imparcialidad en los juicios, el sábado y el año sabático y las fiestas, y las instrucciones para la construcción del tabernáculo, y también dos tablas de piedra con tales leyes, que aún no son tampoco los famosos "10 Mandamientos". Al bajar de la cima del monte, Moisés ve el becerro de oro y, enfurecido, tira las tablas y las rompe. En el Libro del Deuteronomio (capítulo 5) se narra el cuarto encuentro en el que Moisés tampoco recibe directamente de su Dios los 10 mandamientos sino que es Moisés quien -igual que en el monte Horeb, en Éxodo 20- le dice al pueblo hebreo que Dios se los dictó. En ningún momento el autor narra que el Dios de Moisés le dictara a él directamente los "10 mandamientos". Unos 3.750 años más tarde, en tiempos de Jesús, los jefes religiosos de los judíos observaban escrupulosamente la Ley Mosaica y la usaban para poder condenar a Jesús mientras éste les recriminaba su escrupulosidad. En las versiones adaptadas por los teólogos para publicaciones populares y educativas, o incluso en las versiones cinematográficas acerca de la leyenda, sí se narra un diálogo entre Moisés y su Dios dictándole los "10 mandamientos", lo cual se basa en una suposición, no en un dato objetivo de la historia escrita por el autor o autores del Pentateuco.

jueves, 11 de marzo de 2010

La 5 edades

El término "Edad de Oro" es propio tanto de las mitologías griega como romana; es la primera de cinco edades de la humanidad. Igualmente en la cosmología maya y azteca se manejan 5 eras, de las cuales el año 2000 de la era cristiana corre por la llamada 5ª Cuenta Larga o Quinto Sol que termina el 21 de diciembre de 2012 de la era cristiana. También en la cosmología hindú la era Satia-Yugá se llama la Era Dorada o Edad de Oro. Esta edad expresa un mítico periodo de paz y felicidad de la raza humana antes de una decadencia gradual o degradación, es decir, lo contrario a la evolución. El poeta griego Hesíodo, en su obra los Trabajos y los Días habla de cinco edades por las que pasa la humanidad: la Edad de Oro, la de Plata, la de Bronce, la de los Héroes y la de Hierro. El propio Hesíodo se sitúa a sí mismo en la Edad de Bronce. La Edad de Oro es aquella en la que -metafóricamente, pues tal es el estilo de la mitología- gobierna el titán Crono, uno de los seis titanes junto con las seis titánides hijos e hijas de Urano y Gea. Dos de los hermanos titanes de Crono son Jápeto y Océano, y una de las hijas de Océano es Asia. Ésta y Jápeto se unen y nace el titán Prometeo, que sería el creador de la humanidad. Hesíodo define la Edad de Oro como el periodo en que la humanidad es gobernada por Crono y vive en paz y felicidad sin conocer la enfermedad ni el dolor ni la vejez ni la muerte; los humanos no son inmortales pero sí son siempre jóvenes, de modo que "la muerte" es como la caída en un dulce sueño. La tierra les proporciona todo lo necesario, de modo que no tienen que trabajar ni esforzarse. La siguiente edad comienza a partir del momento en que el hijo de Crono, Zeus, destrona a su padre. Es la Edad de Plata en la que la humanidad comienza a mostrar signos de decadencia. De hecho, Zeus -ya Dios de dioses olímpicos-, envía un diluvio para eliminar a la humanidad como castigo a Prometeo por haber robado el fuego de los dioses para dárselo a los hombres (tal como el Dios bíblico envia un diluvio sobre la humanidad, con la diferencia de que la había creado él mismo). Al ser destronado por su hijo Zeus, Crono huye de Grecia a Italia, y allí se asienta en el Lacio, la región en la que en el futuro se fundaría la ciudad de Roma, y concretamente en la colina del Capitolio. Allá Crono es llamado Saturno y se convierte en dios civilizador que enseña a los latinos el cultivo de la tierra. Por eso se le asocia con una hoz o podadera para segar las mieses, podar las viñas y talar los árboles (más adelante la humanidad, paralelamente a su degradación y vivencia de la enfermedad y la muerte, asociaría a Saturno con la Muerte, y a la hoz con la guadaña que siega vidas). Igual que en Grecia Crono fue destronado por su hijo Zeus, así en Roma Saturno sería destronado por su hijo Júpiter en el sentido del cambio de régimen de gobierno de la monarquía al Imperio (entre medias la República) durante el que los emperadores tenían a Júpiter como divinidad. Tanto en el mito griego como romano se habla de las siguientes edades o razas o estirpes o castas: la de bronce, la de los héroes y la de hierro.
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El historiador romano Virgilio se refiere a la casta del hierro al anotar las predicciones de la Sibila de Cumas (equivalente en Grecia al Oráculo de Delfos):
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"Ahora sobreviene la última edad de la canción de Cumas, comienza de nuevo la sucesión de los siglos. Ya retorna la Virgen; vuelve el reinado de Saturno. Una nueva generación desciende de lo alto de los cielos. ¡Sólo tú, Lucina, sonríes al nacer el niño bajo el cual concluirá la casta del hierro y surgirá en todo el mundo una estirpe dorada!"
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En el texto de Virgilio reproduciendo las palabras de la Sibila de Cumas, se menciona a una Virgen, a Saturno y a Lucina. La Virgen representa a la Madre Naturaleza, Gea, de cuya fertilidad se servía la humanidad en su Edad de Oro durante el gobierno de Saturno (o de Crono en el mito griego). Y Lucina es el nombre de la diosa romana de los nacimientos (de ahí "dar a luz"), la que sonríe cuando nace el niño que es señal del fin de la casta del hierro, la etapa de mayor degradación de la humanidad dando pie a un nuevo ciclo con una nueva Edad y estirpe dorada. Esta idea se reproduce de otra manera en la narración del nacimiento de Jesús. En el evangelio de Lucas 2,33 Simeón le dice a María que el niño que ha tenido sería luz para iluminar a las naciones y signo de contradicción para que sean descubiertos todos los pensamientos.
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Las cinco edades son secciones de un círculo dividido en cinco partes, de modo que forman un Ciclo en el que de la fase más degradada se pasa a la fase más elevada: concluirá la casta del hierro y surgirá en todo el mundo una estirpe dorada. Esto expresa la idea de que una vez la humanidad toca fondo ya no puede caer más bajo sino elevarse. También en la cosmología maya se da una división en 5 partes de 5.125 años que dividen a un periodo de 25.657 años. El ciclo maya concluye y reinicia el 21-22 de diciembre de 2012. Es la época que la cultura azteca denomina "Quinto Sol", pues igualmente considera 5 edades llamadas "Soles".
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